De tanto en tanto a Soledad le daba por revisar aquellos olvidados cajones de su habitación, y hoy era la ocasión precisa… Era una de esas noches en que nada se podía hacer – aunque el trabajo se estaba acumulado- nadie iría a su departamento, puesto que la lluvia había espantado a tu ciudadano de bien de las calles… Así que fue hasta la cocina, se preparo un tazón de te negro y se dispuso a ordenar de una vez por todas aquel desorden de meses… Saco todo, encontró un vestido, dos cartas, una vieja entrada de cine, unas cuantas flores secas, otro par de cosas que creía perdidas y una vieja foto que creía olvidada con el cambio de casa… Con este último descubrimiento se sentó a los pies de su cama, ya eran muchas las madrugadas en que no veía aquella mirada que la llenaba de vida, casi había olvidado lo mucho que le gustaba esa mirada, en esos dulces ojos cargados de tristeza – observación que no tardo mas de un par de minutos elucubrar al verlo por primera vez- recordó lo nerviosa que estaba en la primera salida y lo abrupta de la ultima vez que hablaron, recordó que no se despidió como debían, recordó que lo ultimo que le menciono era que se cuidara y que él no respeto la promesa de quedarse a su lado para siempre… Tomo esa foto en sus manos y la estrecho contra su pecho, suspiro largo rato y la volvió a guardar en aquel viejo cajón…Esa era su forma de continuar, la única que había encontrado en estos largos meses de inquietantes cambios…
